
Por Gregorio Magnanego
Continuamos nuestra serie “Diálogos con ilustradores científicos” preguntándole a Clara Cerviño, Roc Olivé, Román García Mora y Vanessa González Ortiz si creen que se hace un uso escaso de la ilustración científica, y qué rol podría jugar la ilustración científica en la comunicación de las ciencias.
Cerviño piensa que cada vez hay más demanda de ilustración científica porque ofrece cosas que no puedes obtener por otros medios. Sin embargo, también comenta Cerviño, “falta un largo camino para restablecer este puente de comunicación que se ha perdido entre científicos e ilustradores”. En opinión de la ilustradora, la ilustración es una herramienta básica para la comprensión y la transmisión del conocimiento. Es la manera más efectiva de que el mensaje llegue al público científico y general. Así, el papel del ilustrador es ser el modulador del lenguaje científico, el encargado de comprenderlo, asimilarlo, sintetizarlo y comunicarlo.
Por su parte, Olivé afirma que la ilustración científica es un arte marginal, aunque menciona que iniciativas como Illustraciencia contribuyen a darle la importancia que merece. “La ilustración científica es de suma importancia dentro del mundo de la ciencia y la divulgación y aún se le da poca importancia en los “papers” de los científicos”. Olivé sabe que a veces se omiten las ilustraciones por falta de presupuesto, y afirma que otras veces es el propio científico quien acaba haciendo una ilustración que desvirtúa el estudio. “En el área divulgativa, sobre todo en libros para el gran público, la ilustración científica se desvirtúa y el rigor científico se pierde, por eso creo que es clave delimitar bien el oficio de ilustrador científico y darle el espacio que se merece”.
En la misma línea, Mora cree que se le da poca importancia a la comunicación visual de la información. “Creo que cualquier proyecto acompañado de buenas imágenes tiene más impacto− nos dice Mora− y que en general invertir en imágenes de calidad es una de las mejores formas de gastar el dinero”. Mora señala también que la calidad debería ser siempre un criterio diferencial en el campo de las imágenes, pese a que los presupuesto sean limitados.
Sin embargo, Ortiz cree que las cosas van cambiando, y que cada vez pueden apreciar más el potencial de la ilustración. Si se deja la ilustración en manos de profesionales, los investigadores ahorran tiempo y obtienen resultados visuales de calidad, que llaman la atención, que llegan a más gente y que ponen un foco sobre su investigación. “Los ilustradores científicos, por otra parte, debemos salir de ese encasillamiento en el que parece que solo podemos realizar dibujos realistas y maravillosos de flora y fauna. Somos comunicadores, y nuestra herramienta es la ilustración”.[:]
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