En primavera del 2001, con 11 años, compré mi primera revista de National Geographic. Una ilustración a doble página que explicaba la elaboración de los relieves pintados en la tumba de Seti I en Egipto captó toda mi atención. La claridad y simplicidad con que se explicaba el proceso y la extraordinaria calidad de las ilustraciones me impactaron. No sabía que eso que me tenía tan atrapada era una infografía. Y es que ese es el objetivo de una infografía: contar una historia, atraer la atención del lector para informar y transmitir un mensaje más rápidamente.
Hoy en día podemos encontrar un gran número de editores gráficos que trabajan con infografía y visualización de datos de una manera extraordinaria, pero hay pocos que sepan unir ilustración científica e infografía como lo hace Fernando G. Baptista, editor senior de infografía en National Geographic (Washington, D.C.).

Hemos oído que los cómics y las maquetas fueron tus hobbies durante tu infancia y tu primer contacto con la ilustración. ¿Cómo influyó esto en tu aprendizaje de la ilustración?
En mi casa mi padre era ingeniero y hacía dibujo técnico, a veces trabajaba desde casa y era bueno dibujando. Cuando yo era pequeñito –con 7 u 8 años– me gustaba mucho leer los tebeos (comics), todos los viernes compraba un tebeo y el fin de semana lo copiaba. En vacaciones y durante mi tiempo libre no paraba de dibujar. También lo combinaba con la construcción de maquetas –mi primera maqueta fue un barco vikingo– y con mi afición por la animación y las películas de ciencia ficción, como Star Wars y Dark Crystal. Más tarde, con un amigo probé a hacer animaciones para las que modelaba mis propios personajes.

¿Podrías hablarnos también brevemente sobre tu formación y trayectoria profesional?
Desde el colegio, mis profesores vieron que tenía posibilidades para dibujar y terminé estudiando Bellas Artes (5 años de pintura y 2 años de doctorado). En un principio trabajé como freelance y dando clases. Después empecé a trabajar para el periódico El Correo en Bilbao (España) donde tuve mi primer contacto con la infografía. Por el año 93 la infografía era algo muy novedoso y estaba supeditado al ordenador, no se podían incluir fotografías y todo tenía que estar dibujado por ordenador. Hacía mis bocetos a mano y después los escaneaba y los calcaba por ordenador. Más tarde, empecé a introducir ilustraciones hechas con lápiz o tinta. Estas tuvieron buena acogida y se creó un estilo (el estilo Correo), el cual volvía a los orígenes ya que se trabajaba con infografías que incluían ilustraciones hechas a mano. A mi parecer, tenía más control al hacer ilustraciones a mano. También pude trabajar con esculturas como base para las ilustraciones de los gráficos. La escultura también te permite tener más control de la luz y la perspectiva. Trabajé allí 14 años, los 5 últimos de jefe de infografía, durante los cuales ganamos numerosos premios. Gracias a esto, en el 2006 National Geographic se pone en contacto conmigo y me traslado a Washington D.C. Desde National Geographic se interesaron por mi estilo y pensaron que podría encajar bien con lo que ellos hacían.

Tus trabajos buscan la sencillez y la precisión, transmitiendo lo que el texto y la fotografía no pueden contar. Elaborados a través de un minucioso proceso creativo. ¿Podrías explicar con más detalle tu proceso creativo y el uso de modelos físicos (esculturas)?
Cuando sale un proyecto, primero planteamos los bocetos para papel y después para digital. Muchas veces el proyecto digital es totalmente diferente, porque la manera de presentar la información cambia mucho de un formato a otro, y acabemos haciendo un proyecto nuevo. Normalmente para cada proyecto trabajamos con uno o dos investigadores. Durante todo el proceso los expertos van corrigiendo mi trabajo y se va mejorando. En ocasiones tengo que viajar para documentarme.





Una vez me asignan una historia, siempre comienzo documentándome sobre el tema, leyendo y a la vez dibujando con lápiz y papel. Trato de sacar lo más relevante de cada tema para tener un punto de partida –por ejemplo: los barcos fueron muy importantes para los vikingos– e investigo para luego ir diseñando el gráfico. Luego, planteo un boceto, este varía según el soporte (papel o video). Después empiezo a crear los modelos físicos para las ilustraciones a partir de apuntes a lápiz, que algunas veces, tomo cuando observo al sujeto del natural. En el caso de animales, también estudio su anatomía y los movimientos. De esta manera la información visual es mía, y los modelos físicos me ayudan a entender bien los volúmenes, la luz, la perspectiva, la composición y así, conseguir un realismo mayor. Como puedes mover el modelo, esto te permite encontrar la perspectiva que mejor muestra la información que queremos destacar. La utilización de modelos físicos es algo que se hace mucho en el cine y me pareció muy interesante.
Caption: How We Built London Entirely From Paper (Behind the Scenes) | National Geographic
¿Qué técnicas son tus preferidas?
Siempre comienzo trabajando con lápiz y papel y después con escultura. A mi entender trabajar con modelos reales aporta más riqueza que trabajar usando modelos 3D digitales. Me gusta simplificar, utilizando el color y la luz correctas puedes obtener resultados muy realistas. Utilizar muchísimo detalle puede hacer que el ojo no lo entienda.

Has trabajado en proyectos de todo tipo, ilustrando temas sobre naturaleza, arqueología, arquitectura… ¿Tienes preferencia por algún tema en particular? ¿Qué te gusta ilustrar más?
Creo que existen dos crisis durante el proceso creativo: la primera es la crisis de encontrar una buena idea y la segunda, que sea estéticamente interesante. Ya que hoy en día los ilustradores están muy especializados –por ejemplo: paleoartistas– por eso para mí, cada proyecto es un reto, requiere de trabajo muy duro y que tenga que documentarme mucho, y eso me gusta. Creo que de cualquier tema se puede sacar algo visualmente atractivo. Disfruto trabajando con diferentes temas, desde arquitectura, animales, ciencia, etc.



Fernando no dejas de experimentar y sorprendernos, te adaptas perfectamente a los nuevos soportes y vas más allá de la visualización estática en papel. ¿Cómo es la experiencia trabajando con animación e interactivos para tablets?
Las tablets yo creo que fueron lo que más nos marcó en National Geographic. Se creó un nuevo departamento y se empezó a desarrollar contenido más enfocado en estos soportes digitales, como animaciones e interactivos. Actualmente, los videos parecen tener más tirón que los interactivos, posiblemente su popularidad viene gracias a que son más fáciles de compartir y que la gente es perezosa a la hora de interactuar con los graficos. Intento hacer como mÍnimo una animación por año. Con los videos hemos encontrado una manera muy creativa de contar historias, ya que tienen la ventaja que informativamente podemos ser muy precisos porque contamos con los mismos expertos que en la versión en papel.

Walking with Giants: How the Easter Island Moai Moved | Nat Geo Live
Caption: How an Amateur Built the World’s Biggest Dome
¿Cómo han influido los nuevos soportes en tus trabajos?
Lo interesante de los proyectos digitales es que puedes sorprender al lector, aportando un punto creativo y a la vez manteniendo el lado informativo. Para nuestras animaciones, todos los personajes y escenarios están construidos a partir de modelos físicos, utilizando diferentes técnicas, para que parezca más real –aunque a veces nos tomamos la licencia de hacer bromas. También ha habido veces que hemos hecho el behind the scenes, ya que a la gente le interesa mucho ver el proceso creativo.
Caption: This Is 40,000 Years of London’s History—Made Entirely of Paper | National Geographic
La infografía ofrece nuevas oportunidades para los ilustradores científicos. ¿Nos podrías contar un poco tu experiencia como profesor en el Postgrado de Ilustración Científica de la EHU/UPV?
En España no había estudios universitarios de ilustración científica. La idea es acercar a la gente la ilustración científica, en qué consiste, cuáles son las bases, las técnicas que se pueden utilizar, etc. Y también dar las herramientas para saber cómo plantear un proyecto. Queríamos de alguna manera dignificar y darle peso a la ilustración científica, porque a nuestro parecer, no se valora lo suficiente la parte informativa y de contar historias.

¿Podrías darnos algún consejo sobre cómo trabajar con ilustraciones y diagramas?
Lo bonito de la infografía es que explica aquello que no se puede contar con texto o fotos, el infografista tiene que tener esa curiosidad de querer contar algo visualmente, de una forma sencilla y clara. A veces tienes tanta información, y tienes que pensar: ¿bueno, ahora con qué me quedo? ¿qué es lo que quiero contar? ¿qué es más interesante para el lector? ¿qué es lo que se puede visualizar?
¡Muchas gracias por tu tiempo, Fernando!
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