PATRÍCIA SANTACRUZ GÓMEZ PhD
Si bien la técnica del pop-up se asocia principalmente con libros infantiles y proyectos de manualidades en la actualidad, sus orígenes se remontan a siglo atrás, durante la edad media con las volvelles o ruedas móviles astronómicas que ayudaban a calcular cuestiones del calendario y acontecimientos de los astros, presentes en los libros sobre el estudio de la astronomía y que se irán perfeccionando con el paso del tiempo. Durante el siglo XVI, aunque seguían siendo poco habituales, con la imprenta, el grabado y el desarrollo de las técnicas de precisión y realismo aplicadas a las ilustraciones científicas [podéis leer aquí nuestro anterior post sobre ello] encontramos ejemplos de pop-ups en otras disciplinas, algunas tan dispares como la geometría, pero destacando, por encima de todo, la publicación del Epítome de Andreas Vesalius, que incorpora el primer pop-up anatómico. Se trata de un volumen con poco menos de 50 páginas en el que encontramos el texto extremadamente sintetizado y una selección de las ilustraciones más relevantes de la obra maestra de Vesalius, De humani corporis fabrica pero ofreciendo, en cambio, un pop-up complejo y detallado. El libro se divide en dos partes que comienzan, precisamente, a mitad del volumen con las figuras desnudas de una mujer o un hombre. Una vez inspeccionada la superficie del cuerpo y aprendida la terminología necesaria para las diferentes regiones anatómicas, se procedía en una de dos direcciones. Así, página en página, se deshacían las capas anatómicas progresivamente más profundas hasta que solo quedaba el esqueleto. En la última parte del libro se encontraba el pop-up de todas las capas superpuestas en orden, y que se podía adquirir pintado y montado, o sin montar y con las instrucciones necesarias para construirlo uno mismo.
¿Qué son exactamente los pop-ups?
Se trataba de ilustraciones científicas tridimensionales que se desplegaban o se podían manipular al abrir las páginas del libro. Su objetivo, por otra parte, era el de facilitar la comprensión de conceptos científicos complejos a través de una experiencia visual e interactiva.
Los pop-ups científicos del siglo XVI tuvieron un impacto significativo en la educación y la divulgación del conocimiento:
Los pop-ups sentaron las bases para el desarrollo de materiales educativos interactivos. Aunque la tecnología ha avanzado considerablemente, el principio fundamental de utilizar pop-ups para facilitar la comprensión de conceptos científicos sigue siendo válido en la actualidad.
Espero haberos contagiado la fascinación por observar cómo, desde hace siglos, la humanidad ha buscado formas creativas e innovadoras de compartir el conocimiento científico. Los pop-ups del siglo XVI son un ejemplo de ello, y nos inspiran a seguir explorando nuevas estrategias para que la ciencia sea cada vez más accesible e interesante para todos.
Bibliografía
– Kusukawa, Sachiko (2012). Picturing the book of nature: image, text, and argument in sixteenth-century human anatomy and medical botany. The University of Chicago Press

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